Dolores articulares y musculares (3ª parte)


 

imagen-jefeEstimado Amigo:

A continuación le presento la tercera y última parte del interesante artículo que hemos estado tratando estas semanas, Dolores Articulares y Musculares.

Espero que le guste

Un Cordial saludo,

Ignacio Chamorro

Director de Instituto Clark España

Miembro de la Dr. Clark Research Association


 

He de empezar advirtiendo que la inflamación es en principio un mecanismo defensivo destinado a reparar tejidos dañados. A pesar de ello, niveles elevados de inflamación durante un largo período de tiempo generará estrés y destrucción tisular. El dolor es uno de los signos característicos del proceso inflamatorio. Dijo un gran sabio que el dolor no es el enemigo de la felicidad humana, si no su gran protector. El dolor es un maravilloso medio de alarma biológica.

La intensidad de todo proceso inflamatorio dependerá por una parte del agente desencadenante de la inflamación (traumatismo, infección, tóxicos) y por otra del perfil de ácidos grasos presente en la membrana celular de la persona. Cuando existen altos niveles de ácido araquidónico y bajos niveles de ácidos grasos omega 3, la respuesta inflamatoria aparece exagerada con respecto a la intensidad del agente desencadenante. En las artritis y artrosis los desencadenantes de la inflamación son los cuerpos cristalinos, con el ácido úrico a la cabeza y las endotoxinas de origen digestivo.

La respuesta inflamatoria es mediada por unas moléculas llamadas eicosanoides, que a su vez derivan de uno de los siguientes ácidos grasos:

  • Ácido araquidónico
  • Ácido dihomogammalinolénico
  • Ácido eicosapentaenoico
  • Ácido docosahexaenoico

El ácido araquidónico es el único precursor de eicosanoides proinflamatorios, los demás ácidos grasos dan lugar únicamente a mediadores antiinflamatorios.

Vemos entonces que regulando los niveles de ácido araquidónico o su conversión a determinados eicosanoides podemos influir efectivamente sobre el proceso inflamatorio.

Hasta ahora la farmacología se ha limitado a tratar la inflamación inhibiendo una serie de enzimas, bloqueando las rutas metabólicas del ácido araquidónico. Estas enzimas son la fosfolipasa A2 y la ciclooxigenasa. Los corticoides actúan sobre ambas mientras que los AINES (antiinflamatorios no esteroideos) sobre la última.

La fosfolipasa A2 se halla involucrada en el proceso de liberación de ácidos grasos de la membrana celular de manera que puedan convertirse en eicosanoides. Si la inhibimos, impedimos que se libere el ácido araquidónico y pueda dar lugar a la formación de eicosanoides proinflamatorios, pero simultáneamente bloqueamos la liberación del resto de ácidos grasos con lo que también bloqueamos la síntesis de eicosanoides antiinflamatorios.

La ciclooxigenasa cataliza la conversión de ácidos grasos en prostaglandinas. Cuando inhibimos dicha enzima, disminuimos los niveles de prostaglandina E2 de acción proinflamatoria y agregante plaquetaria, pero también los de prostaciclina y prostaglandina E1 que obran como  poderosos antiinflamatorios, vasodilatadores y antiagregantes.

La conclusión es que la farmacología recurre a medidas no selectivas, que disminuyen la formación de mediadores proinflamatorios pero también la de mediadores antiinflamatorios lo que implica efectos secundarios a medio plazo.

¿Cómo aborda la medicina biológica el tratamiento de la inflamación?

La medicina biológica actúa de un modo mucho más selectivo, en eslabones previos de la cadena. Dado que el ácido araquidónico deriva del ácido linoleico, un componente alimentario, y que también se encuentra directamente en cantidades importantes en las grasas de origen animal, podemos influir muy efectivamente sobre los niveles del mismo reduciendo la ingesta de ácido linoleico y de grasas de origen animal.

Si bien el ácido linoleico es precursor del ácido dihomogammalinolénico, de propiedades antiinflamatorias, todo exceso de ácido linoleico en la dieta se transformará en ácido araquidónico. Es el llamado efecto desbordamiento. A partir de un punto, rebasado un nivel determinado, todo el ácido linoleico que ingiramos se transformará en ácido araquidónico.

También podemos inhibir la enzima delta 5 desaturasa. De esta manera solo impedimos la formación de ácido araquidónico sin interferir otros procesos y cortamos el problema de raíz.

¿Por qué inhibir la fosfolipasa A2 o la ciclooxigenasa, con todos los efectos secundarios que ello conlleva, pudiendo reducir de forma directa la formación de ácido araquidónico?

El inhibidor de la delta 5 desaturasa más efectivo es el ácido eicosapentaenoico, de la serie omega 3, seguido de la cúrcuma.

Después de lo expuesto se deduce por lógica que todo tratamiento que aspire al éxito debe ser primeramente desintoxicante, aportar nutrientes esenciales para el cartílago e idealmente ayudar a controlar la inflamación.

Consejos Nutricionales

La alimentación juega un papel clave, esto queda manifestado desde el momento que sabemos que las afecciones reumáticas son conocidas desde hace miles de años, mucho antes de que existiesen la contaminación, el estrés o los aditivos.

La alimentación del artrítico debe ser pobre en nucleoproteínas, alérgenos, grasas poliinsaturadas omega 6, fósforo y fructosa, y abundante en fibra, potasio, magnesio y grasas monosaturadas.

  • Los alimentos ricos en nucleoproteínas son:
  • Carnes de toda clase, sin excepción, incluidas las aves
  • Pescados de toda clase, blancos y azules
  • Marisco
  • Legumbres secas (soja, lentejas, garbanzos, judías…)

Los alimentos alergénicos por excelencia son los lácteos (incluidos los de cabra u oveja) y cereales con gluten (trigo, espelta, kamut, centeno, avena y cebada).

Existen evidencias de que hay artríticos que experimentan alivia cuando eliminan las solanáceas de su dieta (pimiento, tomate, berenjena, patata), ello no significa que estos alimentos sean perjudiciales o deban ser proscritos. La mejor forma de saber si nos perjudican es eliminarlos de la alimentación durante un par de meses y prestar atención a alguna posible mejoría. Hay personas que notan alivio y otras que no.

Si evitamos los alimentos ricos en nucleoproteínas y los alimentos alergénicos, automáticamente habremos reducido nuestra ingesta de fósforo.

La fructosa es un componente alimentario que ha dado mucho que hablar en los últimos años, ya que se ha venido publicitando como una alternativa ideal para los diabéticos y obesos pues presenta mayor poder edulcorante que el azúcar, pero no eleva la glucemia tanto como otros glúcidos. Sin embargo, recientes investigaciones revelan que tras ingerir fructosa los niveles plasmáticos de ácido úrico se disparan durante las dos horas siguientes o incluso más aún. Esto no significa que debamos prescindir de la fruta, pero sí el que debamos evitar a toda costa el azúcar, las frutas desecadas (pasas, dátiles, orejones), miel, mermeladas (aunque estén endulzadas con concentrados de frutas), zumo y especialmente el sirope de agave, que contiene un 90% de fructosa. Nuestra ingesta no sobrepasará las 2 piezas de fruta al día.

Los mejores aceites son el aceite de coco y el aceite de oliva, el resto de aceites aportan un exceso de omega 6. No está de más decir que los fritos deben ser desterrados de la dieta sin ningún miramiento.

Esas son, básicamente, las pautas que se han de seguir. Curiosamente, los mismos alimentos que dan lugar a reacciones alérgicas y a la formación de ácido úrico son los mismos que favorecen el exceso de permeabilidad intestinal y la proliferación de una flora putrefactiva.

Los mejores alimentos son los siguientes:

  • Aguacates.
  • Macadamias y avellanas crudas.
  • Mijo, trigo sarraceno, quinoa y arroz.
  • Toda clase de verduras.
  • Frutas frescas (nuestra ingesta no sobrepasará las 2 piezas de fruta al día).

Estos alimentos tienen la ventaja de que pueden ser consumidos a menudo y en cantidades importantes sin ningún problema. Por este motivo, deben ser la base de la alimentación. La alimentación por sí sola puede producir resultados increíbles tras solo unos cuantos meses.

Es muy recomendable que el agua que se use para cocinar y beber proceda de una destiladora, pues así nos libramos de infinidad de contaminantes y minerales inorgánicos perjudiciales.

El vinagre de sidra y la cúrcuma

La particularidad de estas substancias es que actúan a muchos niveles, y por ello pueden contribuir en gran medida a la mejora del artrítico.

El vinagre de sidra presenta dos propiedades de gran interés, mejora la flora intestinal,  y contribuye a disolver los cuerpos cristalinos, calcificaciones, etc.

El vinagre crea un ambiente ácido en el medio intestinal, lo cual es maravilloso puesto que las bacterias simbióticas resisten cifras de pH bastante bajas en comparación con el resto de bacterias, que quedan inactivas cuando se acidifica el medio. No es ningún secreto que los ácidos inhiban el crecimiento de microorganismos, es por ello que muchas conservas contienen ácido cítrico o ácido ascórbico. La toma diaria de vinagre ayuda enormemente a eliminar los gases y la hinchazón, así como a eliminar los cuerpos cristalinos “incrustados” en arterias y articulaciones. Una dosis interesante puede ser de 3 cucharadas soperas en un vaso de agua antes de la comida de mediodía.

La cúrcuma es uno de los recursos fitoterapéuticos más versátiles. En este caso, las propiedades que más nos interesan de esta especia son su poder desinflamante, es como una aspirina natural, y favorecedor del equilibrio intestinal. La cúrcuma es antiinflamatoria principalmente porque inhibe de manera parcial la ciclooxigenasa 2, al igual que el ácido acetilsalicílico y al igual que este, fluidifica la sangre y alivia el dolor. Asimismo, obra de forma muy benéfica sobre todo el tracto digestivo básicamente mejorando la flora intestinal y ejerciendo un efecto colerético sobre el hígado, lo cual redunda en una mejora del proceso digestivo a nivel global. Sin embargo, para poder beneficiarse de la cúrcuma es necesario consumir al menos 16 cápsulas de 500 mg. Diarias. Obviamente dado su fuerte sabor, no es factible usar esas cantidades como condimento. Lo mejor es tomarla encapsulada. Un poco de pimienta negra ayuda enormemente a la absorción de la cúrcuma. Las personas con tendencias hemorrágicas no deberán tomar cantidades tan altas de cúrcuma.

Cómo beneficiarse de los ácidos grasos omega 3

La mejor manera de sacar el máximo provecho de la ingesta de ácidos grasos omega 3 de cadena larga es realizando un perfil de ácidos grasos, comparando los niveles de ácido araquidónico con los de EPA o ácido eicosapentaenoico.

La relación entre ambos ácidos grasos debe ser de entre 1,5 y 3. Es decir entre 3 y 1,5 veces más de ácido araquidónico que de EPA. Si la proporción es mayor es indicio de un estado proinflamatorio. Si es menor, puede haber una mayor tendencia a hemorragias o una cicatrización más lenta.

El perfil de ácidos grasos es una herramienta maravillosa puesto que nos permite adecuar de una forma muy exacta la dosis necesaria de ácidos grasos omega 3 que debemos administrar en lugar de hacerlo por tanteo.

Nutrientes para reparar el cartílago

Estos se introducen en el programa una vez que hemos mejorado la función digestiva, eliminando los depósitos de ácido úrico y modulando la respuesta inflamatoria. Hay una frase naturopática que dice:

“Primero limpiar, luego nutrir”

No tendría sentido tratar de regenerar los cartílagos si antes no hemos puesto freno al factor o factores que han causado el deterioro de los mismos. Además, al optimizar la función digestiva, los nutrientes que administremos serán mejor absorbidos y asimilados. La fase de reparación del cartílago la empezaremos una vez que el ratio entre el ácido araquidónico y EPA sea de entre 1,5 y 3 y no se presente rigidez articular.

Para regenerar el cartílago son muy eficaces:

  • Vitamina C
  • Cloruro de magnesio
  • Silicio orgánico
  • Metilsulfonilmetano (MSM)
  • Glucosamina
  • Condroitina

La vitamina C y el magnesio, si bien son reparadores del colágeno pues son indispensables para su correcta síntesis, también ayudan a depurar y como desempeñan tantas funciones en el organismo, deberán ser tomados durante todo el tratamiento, desde la etapa inicial.

La dosis adecuada de vitamina C en estos casos es de al menos 1 gramo junto con cada comida principal.

El cloruro de magnesio podrá tomarse en cualquier momento del día, mejor por la noche pues ayuda a conciliar el sueño, a razón de una cucharadita de café en un vaso de agua.

El silicio orgánico siempre será de utilidad, son muy interesantes los productos que incorporan silicio procedente de la ortiga, bambú o cola de caballo.

El metilsulfonilmetano tiene ya una larga reputación en el tratamiento de la artritis y recientes estudios muestras cómo realmente ayuda a fortalecer y regenerar los cartílagos.

La glucosamina y la condroitina son dos componentes del cartílago cuya eficacia clínica no deja lugar a dudas. La única precaución a tener en cuenta es que dosis elevadas de glucosamina generan insulinorresistencia.

100 miligramos pueden ser una dosis satisfactoria, a condición de tomarse por varios meses.

Existen muchos otros productos con propiedades interesantes, pero entiendo que con lo expuesto es más que suficiente. Sin negar la eficacia de otros productos, por supuesto.

Uno de los más famosos es el cartílago de tiburón, considero que, dada la brutal forma de obtención de dicho producto, su impacto a nivel ecológico y puesto que no es de ninguna manera indispensable, debería dejarse en paz a los tiburones.

Vemos que todo lo que acabo de exponer contradice la creencia generalizada de que el deterioro de los cartílagos es irreversible e inexorable, dando a entender que es un justo tributo que pagamos como consecuencia de llegar a una edad madura.

Nada más alejado de la realidad. El cuerpo en condiciones fisiológicas no se desgasta al igual que una máquina, sino más bien todo lo contrario, es absurdo afirmar que las enfermedades son el resultado de un desgaste normal e inevitable puesto que el organismo dispone del maravilloso proceso de regeneración celular para impedir que esto suceda. Lo único que debemos hacer es proporcionar las condiciones adecuadas.

Un abrazo,

Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association

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En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.

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