Dolores articulares y musculares (1ª Parte)


 

imagen-jefeApreciado Lector:

En los próximos artículos hablaré de algo realmente interesante y que a todos directa o indirectamente nos puede afectar: los dolores articulares y musculares y qué podemos hacer cuando estos aparezcan.

Espero que le guste

Un Cordial saludo,

Ignacio Chamorro

Director de Instituto Clark España

Miembro de la Dr. Clark Research Association


 

La patología aguda del sistema locomotor puede deberse a un traumatismo, aunque en numerosas ocasiones personas sedentarias que nunca realizan actividad física alguna manifiestan dolores musculares o articulares muy intensos. En tales casos, la causa suele ser una acumulación de cristales de fosfatos, ácidos úrico, oxálico, o hipúrico. Dichos depósitos cristalinos constituyen un terreno abonado para numerosas cepas bacterianas. El resultado de todo ello es la inflamación. Si además los niveles de ácido araquidónico de la persona son elevados, la respuesta inflamatoria será exagerada. Ya tenemos por tanto las tres claves para combatir los dolores que no sean de etiología traumática. Por consiguiente, todo tratamiento que se precie de racional deberá:

  • Combatir la formación de cuerpos cristalinos (especialmente ácido úrico), impedir su deposición en los tejidos y favorecer su eliminación por vía renal.
  • Combatir la proliferación de bacterias (que son las generadoras del dolor por productos de su metabolismo).
  • Reducir los niveles de ácido araquidónico para disminuir la intensidad de la respuesta inflamatoria.

Veamos cómo lograrlo. Lo primero de todo será aportar minerales que contribuyan a solubilizar los depósitos cristalinos. Unos 600 mg. diarios de magnesio en forma de óxido o citrato puede ser una dosis más que satisfactoria. Debemos velar en todo momento por que la orina permanezca con un pH ligeramente por encima de 7. El bicarbonato de sodio puede ayudar mucho en este sentido, aunque los hipertensos deberán abstenerse de utilizarlo. Lo ideal es realizar una alimentación estrictamente vegana, libre de cualquier alimento de origen animal, mientras dure el brote agudo.

Sin embargo, las legumbres secas no se incluirán en la dieta pues contienen una gran cantidad de purinas, por lo que elevan los niveles de ácido úrico. La dieta más adecuada será aquella basada en patatas, verduras, frutas (no más de 2 diarias), cereales sin gluten y aceite de oliva. Aunque sea una dieta restrictiva, no debe olvidarse que no es una dieta para seguir de por vida, sino durante el tiempo que dure el brote.

Dado que los depósitos cristalinos suelen estar asociados con bacterias, es recomendable combatir estas. La Doctora Hulda Clark afirmaba que en todos los casos de dolor no traumático había implicadas cepas de Streptococcus y que estos producían fenol, el cual era el responsable del dolor. El abordaje que proponía la Doctora Clark se basaba en acabar con las bacterias y neutralizar el fenol formado por estas. Para matar a los estreptococos son muy eficaces tanto el aceite de orégano como la cayena en cápsulas. La cayena ha sido recomendada de forma tradicional contra el dolor articular. La dosis eficaz de cayena es de entre una y tres cápsulas con cada comida principal. Al comienzo puede producir sensación de irritación al defecar pero es transitorio y el organismo se adapta pronto. Además, la cayena mejora la circulación, favoreciendo la irrigación de la zona dolorida y mejorando el drenaje de tóxicos de los tejidos inflamados. El fenol producido por los estreptococos puede ser neutralizado mediante la ingesta de óxido de magnesio antes de cada comida o simplemente un par de cucharadas de vinagre de sidra en un vaso de agua antes de las comidas. El vinagre es otro famoso remedio popular contra la artritis. Asimismo se afirma que el vinagre favorece la disolución y eliminación de calcificaciones u otros depósitos cristalinos.

En último lugar, deberíamos reducir la intensidad de la respuesta inflamatoria con el antiinflamatorio natural por excelencia: el aceite de pescado. No debemos olvidar que al mismo tiempo que administramos un antiinflamatorio, debemos eliminar el agente que ha producido la inflamación. La dosis en estos casos deberá ser de al menos 10 gramos diarios pues deseamos un efecto rotundo. No olvidar tomar taurina (entre 2 y 3 gramos, 20 minutos antes de una comida) al mismo tiempo para así evitar la peroxidación lipídica.

Realizando todo esto simultáneamente podremos controlar satisfactoriamente la inflamación.

Otro agente terapéutico muy eficaz son la papaína y la bromelaína (enzimas proteolíticas). Las enzimas proteolíticas aceleran de forma asombrosa la curación de cualquier herida o trauma.

En lesiones deportivas son uno de los mejores recursos a los que podemos acudir. Lo que no debemos olvidar es que las dosis necesarias para que surta efecto son bastante altas. Es decir, en casos agudos no estará de más la ingesta de 10 cápsulas (5 de papaína y 5 de bromelaína) al menos 2 veces diarias ingeridas con agua, 1 hora antes de dos de las comidas principales, si deseamos unos resultados rápidos y contundentes. Ello se debe a que las enzimas proteolíticas son moléculas muy grandes por lo que para aportar  la suficiente cantidad de enzimas, habremos de ingerir volúmenes relativamente grandes.

Por último, la niacina (no confundir con la niacinamida) es eficaz a la hora de aliviar el dolor y además debido a su potente efecto vasodilatador, aumenta la irrigación de los tejidos periféricos, lo cual siempre es beneficioso, en estos casos. Además la niacina reduce los niveles de ácido araquidónico. La dosis eficaz es aquella que produzca un intenso rubor y acaloramiento. Si se toma con abundante líquido caliente los efectos son aún mejores. ¡De lo que se trata es de ponerse al rojo vivo!.

A continuación detallaremos qué factores son los que desencadenan la inflamación y el desgaste de los cartílagos y cómo podemos revertir completamente dicho proceso simplemente equilibrando la química interna.

Es esta una cuestión sobre la que pesa una gran losa de pesimismo. A día de hoy las enfermedades reumatológicas se consideran incurables y susceptibles tan sólo de un alivio pasajero merced a la acción de calmantes y antiinflamatorios. Pero afortunadamente, a la luz de los magníficos resultados obtenidos en la clínica diaria mediante la aplicación rigurosa de los principios de la Terapia Clark, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que semejante criterio no puede ser sostenido por más tiempo.

La historia de la medicina nos demuestra cómo numerosas enfermedades que llegaron a alcanzar dimensiones epidémicas y que supusieron un quebradero de cabeza para miles de médicos durante cientos de años, fueron erradicadas de un plumazo desde el mismo momento en que se conoció el factor causante. Buen ejemplo de ello son la pelagra, el escorbuto, el raquitismo o el beriberi.

Son muchos todavía, los que se encogen de hombros cuando se les pregunta acerca de la etiología de las afecciones reumáticas. Pero en la Terapia Clark sabemos por experiencia que la práctica totalidad de las enfermedades son básicamente el resultado de tres factores. Tres factores que según a qué parte del cuerpo afecten darán lugar a un síntoma u otro. Tres factores que se hallan involucrados en virtualmente cualquier trastorno que podamos imaginar, inclusive genético. Tres factores cuya comprensión nos dará la clave para combatir eficazmente cualquier enfermedad.

Son los siguientes:

  1. Toxemia
  2. Carencias nutricionales
  3. Patógenos

En los casos de artritis y artrosis la toxemia es el más destacado, seguido de las carencias nutricionales. Cuando hablamos de tóxicos muchas personas piensan en pesticidas, metales pesados, disolventes, aditivos químicos… Sin embargo, dentro del propio organismo se pueden generar y acumular toda clase de venenos procedentes de un metabolismo ineficiente. Cuando esto sucede hablamos de autointoxicación, es decir, venenos que se generan dentro del organismo.

La próxima semana continuaremos. Un abrazo.

 

Video de Utilización Varizapper: https://www.youtube.com/watch?v=QkaiFTaFKN0

 

Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association

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En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.

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