La doctora Hulda Clark es recordada principalmente por haber afirmado que muchas enfermedades comúnmente atribuídas a la edad o a la genética, como el cáncer, la diabetes, el asma o la artrosis, en realidad son causadas por parásitos y bacterias; sin embargo, hay médicos que, de forma paralela e independiente, han llegado a conclusiones muy parecidas, como por ejemplo el inmunólogo británico Alan Ebringer, quien durante varias décadas investigó la relación entre infecciones bacterianas y enfermedades autoinmunes como la espondilitis anquilosante o la artritis reumatoide. El doctor Ebringer descubrió que la espondilitis anquilosante tiene como factor desencadenante la presencia de Klebsiella pneumoniae en intestino mientras que la artritis reumatoide tiene como causa fundamental la infección urinaria por Proteus mirabilis.
Klebsiella pneumoniae es una bacteria gram negativa presente de forma habitual en el intestino de los seres humanos. La población de Klebsiella pneumoniae en intestino es directamente proporcional a la ingesta de almidón; una dieta alta en almidón aumenta la cantidad de Klebsiella pneumoniae y viceversa. En personas que portan una proteína denominada HLA-B27, la presencia de Klebsiella pneumoniae en cantidades elevadas puede dar lugar a que el sistema inmunológico ataque y deteriore las articulaciones de la columna vertebral, haciendo que con el tiempo las vértebras se fusionen y la columna se vuelva totalmente rígida. Esto es debido a que Klebsiella pneumoniae presenta unas proteínas que son muy similares a la proteína HLA-B27, de modo que los anticuerpos que genera el sistema inmunológico contra Klebsiella pneumoniae acaban reaccionando con la proteína HLA-B27, que está presente en grandes cantidades en las articulaciones de la columna vertebral, provocando la destrucción de tejido y en última instancia a la pérdida total de movilidad. Es lo que en inmunología se conoce como reactividad cruzada; un anticuerpo producido contra un patógeno pero que acaba dañando a las células debido a que las proteínas del patógeno son similares a las proteínas del organismo, haciendo que el sistema inmunológico se confunda. Se estima que más de un 90 por ciento de las personas que padecen espondilitis anquilosante son portadoras de la proteína HLA-B27.
La mejor forma de reducir drásticamente la población de Klebsiella pneumoniae en el tracto digestivo es eliminar el almidón de la dieta y al mismo tiempo hacer una limpieza intestinal; si quieres conocer en detalle el protocolo de limpieza intestinal pulsa AQUÍ; una vez concluida la limpieza intestinal, es recomendable seguir durante seis meses el protocolo específico para artritis reumatoide y espondilitis anquilosante; si quieres saber cómo es dicho protocolo pulsa AQUÍ. En cuanto a la dieta sin almidón, pues es muy simple, basta eliminar productos elaborados con cereales, patatas y legumbres de la dieta; el trigo sarraceno y la quinoa no son cereales pero son muy ricos en almidón, por lo que también deben ser excluidos de la alimentación. Las personas portadoras de la proteína HLA-B27 deberían seguir una alimentación basada en frutas, hortalizas, aceite de coco y proteínas de alta calidad como ternera magra, pollo, pavo, pescado, huevos y lácteos de oveja y cabra. Una vez lograda la remisión de los síntomas, se pueden consumir alimentos ricos en almidón un par de días al mes, pero no más.
Muchas personas creen que la artritis reumatoide es una enfermedad genética, pero la evidencia disponible no avala dicha creencia pues se sabe por varios estudios con gemelos idénticos que si uno padece artritis reumatoide la posibilidad de que el otro gemelo también la padezca es de solo un 15 por ciento, lo cuál indica que es, fundamentalmente, una enfermedad provocada por factores ambientales como la alimentación, infecciones, exposición a tóxicos, etc… Alan Ebringer descubrió que la artritis reumatoide también es desencadenada por patógenos, concretamente por la presencia de Proteus mirabilis en las vías urinarias; Proteus mirabilis contiene proteínas como la ureasa o la hemolisina, que tienen algunas secuencias proteicas muy similares a proteínas presentes en las articulaciones como la HLA-DR4 o el colágeno tipo XI; el resultado es que los anticuerpos producidos contra proteínas de Proteus mirabilis acaban dañando las articulaciones.
El protocolo de limpieza renal ideado por la doctora Hulda Clark es muy eficaz para combatir las infecciones urinarias causadas por bacterias como Escherichia coli, Proteus mirabilis, etc; si deseas conocer en detalle dicho protocolo pulsa AQUÍ. Una vez terminada la limpieza renal es aconsejable seguir durante seis meses el protocolo específico para artritis reumatoide y espondilitis anquilosante; si quieres saber cómo es dicho protocolo pulsa AQUÍ.

Es importante tener en cuenta que en los casos de enfermedades autoinmunes, además de las bacterias mencionadas, también suelen estar involucradas bacterias del género Mycoplasma. En 1937 el doctor Thomas McPherson Brown (1906-1989) encontró bacterias del género Mycoplasma en el líquido sinovial de pacientes aquejados de artritis reumatoide. A raíz de este hallazgo empezó a tratar pacientes de artritis reumatoide con antibióticos, logrando en la mayoría de los casos la remisión completa de los síntomas. Presentó los resultados de sus estudios clínicos en el 7º Congreso Internacional de Reumatología celebrado en 1949; Sin embargo, a finales de los años cuarenta la clase médica estaba demasiado entusiasmada con la cortisona -descubierta pocos años antes- como para prestar atención a las ideas del doctor McPherson Brown, que fueron consideradas pseudocientíficas y fraudulentas. Dicho doctor trató a más de diez mil pacientes de artritis reumatoide a lo largo de su carrera profesional, la mayoría de ellos con éxito. Hasta el final de su vida luchó infructuosamente para que la artritis reumatoide fuera tratada como una enfermedad infecciosa; la triste realidad es que es mucho más rentable para el lobby farmacéutico mantener a un paciente medicado de por vida con antiinflamatorios que solucionar su problema en dos o tres meses con un tratamiento a base de antibióticos… El aceite de orégano y Bacterial Fighter son efectivos contra los micoplasmas, por lo que no es necesario seguir un protocolo aparte para eliminarlos; el protocolo específico para artritis reumatoide y espondilitis anquilosante es eficaz frente a un amplio número de bacterias.
Si padeces espondilitis anquilosante o artritis reumatoide solo tienes dos opciones: echarle la culpa a los genes y resignarte a vivir el resto de tu vida con dolor y movilidad reducida o recuperar la salud eliminando las bacterias que inflaman y destruyen tus articulaciones ¿cuál prefieres?
Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association
En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
Para cualquier consejo médico acuda a su médico!