En los próximos 2 artículos veremos la importancia de la suplementación con selenio para mantener nuestra salud, ya que en la práctica totalidad de la población es deficitario
Espero que le guste
Un abrazo,
Ignacio Chamorro
.Director de Instituto Clark España
.Miembro de la Dr. Clark Research Association
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SELENIO
(1ª Parte)
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Hasta finales de los años 50, se creía que el selenio era un elemento tóxico. Pero en el año 1957, Schwarz y Foltz establecieron que el selenio es un oligoelemento esencial en la dieta como factor preventivo de numerosas enfermedades.
Como miembro de la misma familia de elementos, el selenio comparte numerosas propiedades químicas con el azufre.
Los niveles de selenio en el organismo se ven fuertemente influenciados por la cantidad de selenio consumida en la dieta, pero tristemente, con la alimentación que está a nuestro alcance en estos tiempos, el déficit de selenio, al igual que el de iodo (como ya mencioné hace un par de semanas) está patente en la mayoría de la población.
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MECANISMO DE ACCIÓN
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El selenio destaca especialmente por sus propiedades antioxidantes. En 1973, Rotruck y colaboradores descubrieron que la enzima glutatión peroxidasa, la cual neutraliza peróxidos como el de hidrógeno o los derivados de la oxidación de las grasas insaturadas, requiere selenio como cofactor. El selenio actúa como cofactor bajo la forma de selenocisteína.
Después de haber sido metabolizado a sus metabolitos con actividad biológica, metilselenio y S-metilselenocisteína, el selenio interviene en las señales de transducción de la célula estimulando la apoptosis. De todo ello se deduce que el papel preventivo y profiláctico del selenio no se haya limitado a su función antioxidante.
La iodotironina deiodinasa es una enzima implicada en el metabolismo de las hormonas tiroideas, específicamente la conversión de la T4 en T3. Un nutrido grupo de autores han observado que existe una relación entre el estatus de selenio y los bajos niveles plasmáticos en T3, los cuales reflejan una disminución de la actividad de la enzima iodotironina deiodinasa.
Hay estudios que muestran una disminución de los niveles de T4 tras la administración de selenio (debido a la conversión de ésta en T3), lo cual revela la importancia de un correcto aporte de este nutriente para la salud de nuestro tiroides. Este punto es muy interesante pues en enfermedades como la esclerosis múltiple o la esquizofrenia, los valores de T3 se hallan muy disminuidos y asimismo, la administración de T3, pero no de T4, mejora significativamente a estos enfermos. Las concentraciones plasmáticas de selenio por debajo de 67 µg/L se asocian con una peor conversión de T4 a T3.
La enzima tiorredoxina reductasa, una flavoenzima dependiente del NADPH, se halla implicada en la reducción de substratos intracelulares. Hoy sabemos que dicha enzima es selenio-dependiente. Resultados obtenidos mediante experimentación en líneas celulares animales sugieren que la actividad de dicha enzima es un buen indicador de la ingesta de selenio, aunque la aplicación de dicho descubrimiento a nivel clínico se ve limitada por cuestiones metodológicas.
Las dosis de selenio suplementarias administradas a líneas de células cancerosas, tanto en ratas como en humanos, pueden aumentar directamente la actividad específica de esta enzima. Se ha propuesto que la tiorredoxina reductasa es la selenoproteína implicada en los efectos anticancer del selenio.
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ESTADOS CARENCIALES
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La carencia de selenio ha sido bien documentada como factor causante de la llamada enfermedad de Keshan, una miocarditis que fue endémica de la provincia china de Keshan, donde el suelo también es muy pobre en selenio (al igual que en España), encontraron una relación entre un bajo estatus de selenio y un incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular. Hasta la fecha se han descrito las siguientes manifestaciones observadas en los casos de deficiencia de selenio: envejecimiento prematuro, inmunosupresión, hipertensión, artritis, dolores musculares, infertilidad en el varón, cataratas, problemas del cabello, uñas y piel, y mayor acumulación de metales pesados en el organismo. Asimismo, existe una relación entre los bajos niveles séricos de selenio y la incidencia de cáncer de hígado, mama, esófago, estómago, colon, recto, pulmón, tracto urinario, próstata, órganos reproductores femeninos, tiroides, sistema hematopoyético, cavidad oral, faringe y piel. Otros desórdenes que parecen atenerse a esta misma pauta son el bocio, el síndrome de muerte súbita infantil, la esclerosis múltiple y la esquizofrenia.
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CÁNCER
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La relación entre el selenio y el cáncer fue demostrada originalmente al correlacionar los niveles de selenio contenidos en los cultivos y la incidencia de muertes por cáncer, así como mediante estudios epidemiológicos en los que se observó cómo unos bajos niveles corporales de selenio incrementaban el riesgo de cáncer. En el año 1976, Broghamer reportó que los bajos niveles de selenio en pacientes de cáncer se asocian con metástasis, tumores primarios múltiples, recidivas y menor esperanza vida. El interés actual acerca de la relación entre el selenio y el cáncer se basa mayormente en un estudio realizado en 1996 por Clark y colaboradores. Dicho estudio demostró que la suplementación con 200 µg diarios de selenio resultó en una disminución del cáncer de próstata del 60 por ciento en un periodo de 4,5 años. Actualmente dichos autores dirigen un estudio acerca de la eficacia de la suplementación con selenio en relación a la incidencia del cáncer de próstata.
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SIDA
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El selenio y el glutatión pueden actuar modificando la infección por VIH tanto in vitro como in vivo. De acuerdo a la teoría propuesta por Taylor y colaboradores, el VIH es portador de numerosos genes capaces de codificar las selenoproteínas, una de las cuales parece tener afinidad para vincularse con el ADN, actuando como un supresor de la transcripción viral. Este mecanismo podría resultar en una menor proliferación viral. En un estudio de 45 pacientes infectados con el VIH, 14 de ellos recibieron suplementación oral con selenio (100 µg diarios), 13 recibieron betacaroteno (60 mg) y 18 no recibieron suplementación. Todos los pacientes fueron evaluados atendiendo a la capacidad antioxidante del plasma, específicamente la superóxido dismutasa y la glutatión peroxidasa. La actividad de la glutatión peroxidasa se incrementó significativamente tras la suplementación con selenio mientras que apenas se apreció un pequeño incremento en el grupo que recibió betacaroteno. No hubo diferencias en cuanto al nivel de actividad de la superóxido dismutasa.
Más que cualquier otro nutriente, la deficiencia de selenio se ha correlacionado con la progresión y aumento de mortalidad en casos de VIH. Un estudio de 104 individuos que daban positivo a la prueba del VIH encontró que la carencia de selenio, así como los niveles de glutatión peroxidasa eritrocitaria y el glutatión plasmático se asocian con la progresión de la enfermedad. La deficiencia de selenio es mucho más frecuente en los casos severos de SIDA que en los pacientes de VIH asintomáticos. El impacto del estatus de selenio en el desarrollo de infecciones por micobacterias en casos de VIH fue investigado durante un periodo de dos años. El recuento de los CD-4 reveló que el índice de masa corporal y los niveles de selenio son factores que ejercen una gran influencia sobre el riesgo de desarrollar infecciones oportunistas.
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HEPATITIS Y OTROS DESÓRDENES HEPÁTICOS
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Los individuos aquejados de enfermedades hepáticas, especialmente cirrosis y hepatitis, presentan unos niveles de selenio anormalmente bajos. En un estudio en el que participaron 50 individuos con enfermedad hepática, los niveles séricos de selenio fueron significativamente menores con respecto a los de personas normales y a su vez los niveles de selenio en aquellos que padecían cirrosis fueron menores que los de los afectados por hepatitis. Unos bajos niveles de selenio se correlacionan con un incremento de los niveles de colesterol total, así como de gamma-glutamil transferasa (GGT).
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CARDIOMIOPATÍA
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La enfermedad de Keshan, una cardiomiopatía que debe su nombre al condado de Keshan en China, donde fue descubierta por primera vez, puede ser revertida mediante la suplementación con selenio. Un estudio prospectivo conducido bajo un estricto control entre niños de una región donde la enfermedad de Keshan era endémica, durante los años 1974-1976, mostró que los suplementos de selenio, en forma de selenito de sodio, no solo redujeron la morbilidad y la mortalidad por enfermedad de Keshan sino que también redujeron el daño cardíaco. Otras formas de cardiomiopatía también se hallan vinculadas a una deficiencia de selenio.
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ASMA
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Existen muchos factores dietéticos implicados en la etiología de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), particularmente el asma. Se han observado niveles reducidos de selenio en la sangre de adultos asmáticos. Una mayor ingesta de selenio puede suprimir el exceso de inflamación presente en los casos de asma al aumentar la actividad de la glutatión peroxidasa, pues esta enzima se encarga de degradar los productos resultantes de la peroxidación de los ácidos grasos, muchos de los cuales son agentes inflamatorios. Los leucotrienos se hallan implicados en el asma pues son unos potentes constrictores de la musculatura lisa, incluida la de los bronquios. Dado que los leucotrienos son hidroperóxidos, son degradados por la glutatión peroxidasa y debido a que el selenio incrementa la actividad de la misma, un aporte suplementario del mismo aumentará la degradación de los mismos y por tanto reducirá los niveles de estos. De hecho, actualmente existe una familia de medicamentos utilizados para tratar el asma y otros desórdenes respiratorios, denominados antagonistas del receptor de leucotrienos.
Un estudio epidemiológico encontró que el asma era menos común en las personas adultas con una mayor ingesta de selenio. Además, una escasa ingesta de selenio parece estar asociada con una mayor prevalencia de la enfermedad. El estudio internacional de asma y alergias en la infancia (las siglas en inglés son ISAAC) encontró evidencia acerca de cómo alimentos ricos en selenio como el pescado y los cereales integrales, pueden proteger frente al asma en niños. Un estudio piloto en el que participaron 17 pacientes asmáticos corticoide-dependientes, encontró que la suplementación con 200 µg de selenio redujo la necesidad de usar corticosteroides, tanto inhalados como sistémicos. La reducción del uso de corticosteroides inhalados fue posible tras un periodo de entre 24 y 96 semanas de suplementación mientras que los corticosteroides sistémicos pudieron ser reducidos después de 48 semanas.
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Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association
En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
Para cualquier consejo médico acuda a su médico!