Para la doctora Clark, la base de casi todas las patologías tiene 2 orígenes: tóxicos y patógenos.

Los tóxicos son inmunosupresores, que favorecen la aparición de un “terreno” propicio para el desarrollo de patógenos (parásitos, bacterias, virus, hongos,…).

En su primer libro “La cura para todas las enfermedades”, que actualmente se llama “La curación es posible”,  la Dra. Clark hace referencia al origen y tratamiento de innumerables patologías, desde la artritis al cáncer, pasando por otras como la psoriasis, esclerosis múltiple, otitis, cistitis, infertilidades, etc.

La base del trabajo en la Terapia Clark, es la eliminación de los diferentes tóxicos presentes en el organismo, y la erradicación de todos los patógenos, sean éstos parásitos, bacterias, virus u hongos, causantes directos de la mayoría de las enfermedades.

Para limpiar de tóxicos el organismo, lo primero es descolapsar los principales órganos, detoxificando riñones, hígado e intestinos, que pese a que podamos pensar que están bien, lo habitual es tenerlos sucios, con lo cual el correcto funcionamiento orgánico se ve seriamente comprometido.

Para conocimiento del no iniciado en Terapia Clark, el hígado de una persona “normal”, tiene en sus conductos en torno a 2000 piedras, y unos riñones “normales”, tienen por lo general gran parte de sus cavidades obstruidas por suciedad, aunque en las pruebas normales no sea detectable.

Simplemente limpiando estos 3 órganos (intestinos, riñones e hígado), patologías como las migrañas, o la hipertensión, mejoran en un porcentaje elevadísimo. Luego ya habría que “matizar” con otros procedimientos, como el zappeo de determinadas glándulas, o la limpieza de partes específicas del organismo, dependiendo de la patología a tratar (médula ósea, neuronas, islotes de Langerhans,…), a través de homeografías, que lleven a un correcto funcionamiento orgánico, devolviéndole la salud del paciente.