Según recientes investigaciones, el hombre moderno está expuesto a los metales pesados en un porcentaje entre 500 y 1.000 veces mayor que el hombre de la era pre-industrial.
En la era industrial, se comenzó la extracción de metales pesados de la tierra, por lo que la superficie de ésta se saturó de estos tóxicos, con lo cual nuestro organismo se llenó de ellos ya que nuestra comida, el agua que bebemos y por supuesto el aire que respiramos contiene cantidades elevadas de estos metales pesados.
Otra importante fuente de estos tóxicos para nuestro organismo son las amalgamas utilizadas por los dentistas para los empastes. Estas amalgamas metálicas están compuestas por mercurio en un 50% aproximadamente. Este mercurio radiactivo, en tan solo 4 semanas desde que nos ponen la amalgama, ya se puede detectar en el hueso de la mandíbula, intestinos, pulmones y algo más tarde llega también a nuestro cerebro, hígado, riñones, tiroides, páncreas, pituitaria, suprarrenales y ovarios.
De esta forma, al haber alcanzado la mayor parte de nuestros tejidos, este mercurio radiactivo interfiere negativamente en innumerables procesos metabólicos causándonos serios daños.
¿Cuáles son los metales pesados?
El grupo de metales pesados incluye entre otros: mercurio, plomo, cadmio, níquel y titanio (aunque realmente estos dos últimos son metales ligeros).
Las intoxicaciones lentas y paulatinas por metales pesados son más frecuentes que las intoxicaciones agudas, pero los versátiles y muy destructivos efectos que causan en nuestra salud no se han tenido en cuenta por los profesionales de ésta.
En primer lugar, decir que los metales pesados catalizan reacciones de oxidación por tanto estimulan la producción de radiales libres. Además, impiden la absorción de minerales y elementos traza, dada su similitud estructural con estos, y reemplazan a los minerales esenciales como el magnesio, el zinc, el cobre, el iodo, el molibdeno o el manganeso, con lo cual las consecuencias pueden ser desastrosas. Un ejemplo es la enfermedad de Alzheimer, que se caracteriza por un aumento de los niveles de aluminio en el organismo, especialmente en el cerebro. Ello resulta en una inhibición de las enzimas glucolíticas encargadas de degradar la glucosa para obtener ATP. Finalmente, las neuronas no reciben suficiente energía, disminuyendo su actividad y por último mueren de hambre. Este solo es un ejemplo entre decenas de los casos existentes de inhibiciones enzimáticas. Cualquier inhibición enzimática de una ruta metabólica principal tendrá unas consecuencias desastrosas.
De modo anecdótico mencionaré que en los siglos XVIII y XIX y parte del XX, la sífilis era tratada con derivados del mercurio. Esta enfermedad se caracterizaba por la formación de chancros que son úlceras contagiosas. Tales lesiones, si bien no entrañaban un peligro realmente serio, alarmaban por su aspecto. Se descubrió que el tratamiento con sales de mercurio, tanto por vía externa como por vía interna, hacía desaparecer los chancros. Sin embargo, a pesar de este alivio, con el paso de los años la persona iba enfermando gravemente y terminaba con demencia y parálisis, a lo cual los médicos llamaron sífilis terciaria. En los primeros años del siglo XX apareció el salvarsán. Dicho medicamento contenía arsénico, que, aunque no es un metal, comparte bastantes similitudes con los metales tóxicos. Más tarde se descubrió que las sales mercuriales y el salvarsán eran los culpables de los síntomas desarrollados en los estadíos avanzados de la enfermedad y no la propia sífilis. Es por ello que el Doctor Peter Python escribió el libro titulado “La sífilis es una enfermedad producida por los médicos”. En realidad, las terribles manifestaciones de la llamada sífilis terciaria, como parálisis, pérdida dentaria, demencia o ceguera, no eran más que secuelas derivadas de tratamientos con mercurio y compuestos arsenicales.
Algunas de las enfermedades que pueden deberse en gran medida a la intoxicación por metales pesados son:
Autismo, esquizofrenia, esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson, nefropatías, cáncer, esterilidad, hiperactividad y déficit de atención, inmunodepresión, anemia, infecciones resistentes al tratamiento con antibióticos, enfermedades degenerativas en general, problemas mentales y neurológicos de todo tipo y dermatosis.
¿Cómo librarse de los metales pesados?
Antes de hablar de la forma en que podemos eliminar del organismo los metales pesados, debemos tener en cuenta el no seguir intoxicándonos con ellos, con lo cual lo primero que debemos hacer es no estar en contacto con las dos mayores fuentes de estos tóxicos que son las amalgamas dentales y el agua del grifo.
En cuanto a las amalgamas, debemos eliminarlas lo antes posible y sustituirlas por un composite no metálico, y aunque nuestro dentista insista en que no son peligrosas debemos saber que sí lo son y lo más adecuado sería recomendar al dentista que se documentara sobre el tema y a continuación buscar otro con más conocimientos sobre la toxicidad de estas amalgamas.
Por otro lado, también deberemos evitar a toda costa beber y cocinar con agua del grifo, ya que esto es una fuente de plomo (especialmente si las tuberías del edificio son antiguas), cobre (material utilizado en muchas tuberías), cadmio (utilizado para mejorar las características físicas de las tuberías de pvc) y aluminio (como resultado de la adición de alumbre al agua para eliminar la turbidez de la misma). Por otro lado, la gran mayoría de cloros utilizados normalmente contiene los que eran para la Dra. Clark los 5 inmunosupresores básicos, entre ellos los metales pesados.
El agua embotellada no es la opción perfecta por su alto contenido en tóxicos, pero eso es tema de un próximo artículo. Lo más adecuado para evitar los tóxicos en el agua desde nuestra perspectiva es utilizar una destiladora portátil de agua o un sistema de filtrado por ósmosis inversa, que son los sistemas que eliminan la práctica totalidad de tóxicos del agua.
Otras fuentes de metales pesados a destacar son:
- Los antiácidos (que contienen hidróxido de aluminio).
- Las cazuelas de barro y menaje de cocina fabricado con aluminio.
- Todas las vacunas, que son una importante fuente de mercurio debido a que contienen timerosal, sustancia desinfectante de la que el mercurio constituye el 49% de su peso. Por lo tanto, la vacunación anual contra la gripe tan recomendada a las personas mayores, o la vacuna contra el tétanos aconsejada a trabajadores que están en contacto con tierra, estiércol o que están expuestos a cortes por maquinaria o aperos de labranza, son francamente nocivas, además de la del papiloma, neumonía, etc.
- Los desodorantes que contienen aluminio, incluidas las piedras de alumbre que se venden en tiendas de productos naturales, pues el alumbre no es más que sulfato doble de aluminio.
- El papel de aluminio para envolver los alimentos.
¿Cómo eliminar los metales pesados del organismo?
La naturopatía moderna y los estudios de la Dra. Clark, nos sugieren el uso de suplementos naturales que nos ayudan a eliminar los metales pesados acumulados en nuestro cuerpo. A continuación, describiremos la acción específica de cada uno de los suplementos que integran el programa Clark de eliminación de metales pesados:
PROGRAMA DE ELIMINACIÓN DE METALES PESADOS
CANTIDAD (BOTES) | CANTIDAD TOTAL DE CÁPSULAS |
PRODUCTO |
DOSIFICACIÓN DIARIA:
DESAYUNO-COMIDA-CENA |
|
1 | 1 | 100 | VITAMINA B6 | 1-0-0 |
2 | 1 | 100 | VITAMINA E | 1-0-0 |
3 | 1 | 100 | ÁCIDO TIÓCTICO | 1-0-0 |
4 | 2 | 200 | VITAMINA C | 1-1-0 |
5 | 3 | 300 | MSM | 1-1-1 |
6 | 2 | 100 | SELENIO | 0-0-1 |
7 | 1 | 100 | ZINC | 0-1-0 |
8 | 2 | 200 | CISTEÍNA | 0-1-1 |
9 | 2 | 100 | METIONINA | 0-0-1 |
10 | 1 | 100 | CALCIO | 0-0-1 |
- Tómese las cápsulas con un vaso de agua, después de las comidas
- La duración del programa es de 100 días
- El programa puede ser repetido cuantas veces se quiera
En caso de tener preguntas sobre este programa, consulte a un terapeuta
Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association
En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
Para cualquier consejo médico acuda a su médico!