En noviembre de 2015 la prestigiosa revista New England Journal of Medicine publicó un hallazgo clínico que cambió para siempre todo lo que se creía saber sobre la relación entre parásitos y cáncer. En enero de 2013 acudió al Hospital Pablo Tobón Uribe, en Medellín, un varón de 41 años aquejado de fiebre, fatiga, tos y pérdida de peso. Se le realizó una tomografía axial computarizada del tórax y se encontró que tenía numerosos nódulos en pulmones, suprarrenales e hígado. Se le realizó una biopsia y al observar la muestra al microscopio quedó de manifiesto que las células eran demasiado pequeñas para ser humanas, por lo que se realizó un análisis genético y se encontró que aquellos nódulos estaban formados por células mutantes del parásito Hymenolepis nana. Dichas células se habían desprendido del cuerpo del parásito y habían invadido pulmones, hígado y suprarrenales de forma análoga a un tumor maligno. Este insólito hallazgo demuestra que los parásitos no solo pueden inducir la formación de neoplasias mediante la secreción de sustancias carcinogénicas, sino que células mutantes del parásito pueden convertirse directamente en masas tumorales que proliferan de forma descontrolada e invaden los distintos órganos. Todo esto evidencia que las afirmaciones de la doctora Hulda Clark sobre las infecciones parasitarias como factor causante de cáncer no eran en absoluto exageradas.
Hymenolepis nana es una pequeña tenia de 15 a 40 mm que infecta a insectos, ratas y también humanos. Según datos oficiales unos 75 millones de personas portan el parásito y en algunas áreas hasta el 25 por ciento de los niños están infectados con dicha tenia. Si bien son unas cifras muy altas, la realidad es que muchos casos no son diagnosticados, por lo que el número real de personas parasitadas es, probablemente, mucho mayor.
Hymenolepis nana puede ser eliminado con el protocolo a base de tintura de nogal, ajenjo y clavo desarrollado por la doctora Hulda Clark. Si deseas conocer en detalle este tratamiento pulsa aquí.
Actualmente hay una gran campaña a nivel global para promover el consumo de insectos como fuente de proteínas alternativa a la carne, pescado, huevos y lácteos. El principal argumento que esgrimen los defensores del consumo de insectos es de tipo medioambiental, pues la cría de insectos consume menos recursos y genera menos desechos que la cría de pollos, pavos, cerdos, vacas, etc. En el año 2021 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria aprobó la comercialización de gusano de la harina como producto destinado a consumo humano. El gusano de la harina es la larva de un escarabajo cuyo nombre científico es Tenebrio molitor. El problema es que el gusano de la harina a menudo es portador de Hymenolepis nana y es realmente difícil desparasitar a un insecto, pues la mayoría de fármacos antiparasitarios suelen tener un efecto insecticida. Un claro ejemplo de ello es la ivermectina, que también se usa como veneno en las trampas para cucarachas que se venden en supermercados y droguerías. Resulta llamativo que el Levítico, uno de los cinco libros que componen la Torá, advirtiese explícitamente en contra de consumir insectos, a excepción de grillos y langostas; se trataba, al igual que la prohibición de comer cerdo, de un consejo especialmente valioso en una época en la que no había tratamientos antiparasitarios; sin embargo, la sociedad actual ha decidido dar la espalda al saber tradicional acumulado a base de ensayo y error a lo largo de milenios para entregarse frívolamente a toda clase de hábitos estúpidos e irracionales; hoy más que nunca es fundamental mantenerse al margen de modas dietéticas disparatadas que pueden poner en peligro nuestra salud.
Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association
En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
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