ENFERMEDADES CAUSADAS POR PATÓGENOS (3ª PARTE)


 

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Apreciado Lector:

A continuación le presento la tercera parte del artículo “Enfermedades causadas por patógenos”.

Para cualquier tipo de duda estamos a su disposición.

Un afectuoso saludo

 

Ignacio Chamorro

Director de Instituto Clark España

Miembro de la Dr. Clark Research Association

 


Enfermedades Causadas Por Patógenos (3ª Parte)

 

Recientemente se ha asociado la enfermedad de Alzheimer con el virus del herpes. De hecho, la encefalitis herpética afecta a los mismos centros cerebrales que aparecen lesionados en dicha enfermedad. Hay investigadores que afirman que la enfermedad de Alzheimer vendría a ser como una victoria costosa para el organismo, en la que se acaba con el virus a expensas de una reacción inflamatoria que produce la muere de las neuronas y la formación de placas de proteína beta-amiloide y ovillos neurofibrilares.

En los últimos años se ha descubierto que uno de cada tres casos de obesidad pueden tener como causa la infección por el adenovirus 36. ¡Un virus como causa de obesidad!

Igualmente, patógenos como Chlamydia pneumoniae, Porphyromonas gingivalis, Helicobacter pylori, Influenza virus A, Hepatitis C virus y citomegalovirus, contribuyen a la formación de placas de ateroma. Y, por fin, un sector de la cardiología empieza a darnos la razón en cuanto a que en prácticamente todas las patologías cardio-circulatorias, incluyendo el infarto, están relacionadas directamente con patógenos.

Vemos cómo enfermedades consideradas puramente metabólicas como la obesidad, la diabetes o la arterioesclerosis, no se deben únicamente a un consumo excesivo de grasas o azúcares, participando muchos otros factores en la etiología de la enfermedad. La lista de enfermedades de naturaleza parcial o totalmente infecciosa sería interminable. El objeto de este apartado es, simplemente, mostrar algunos ejemplos de entre los más notorios.

¿Cómo se diagnostica la presencia de patógenos en el organismo?

Llegamos al punto más importante. Actualmente los métodos de diagnóstico usados tanto en el campo de la medicina biológica como de la alopática son incapaces de detectar numerosos casos de infecciones parasitarias. Por lo tanto, en numerosas ocasiones la verdadera etiología de una enfermedad pasa desapercibida. Asimismo la visión reduccionista de la parasitología y microbiología convencionales dificultan enormemente la comprensión de las enfermedades de etiología infecciosa. Es necesario despojarse de los rancios dogmas que ya desde comienzos del siglo XX han impedido todo progreso en este sentido. Comencemos pues:

El que un agente infeccioso se halle presente en los tejidos de un sujeto sano sin producir daños aparentes no niega en absoluto que en otro sujeto pueda estar perturbando el normal funcionamiento del organismo. Además, que un microorganismo no se halle en todos los casos de la enfermedad, no significa que en el resto de casos en los que se encuentre no sea el responsable ni ocasione perjuicios a la salud. Esto contraria el primer postulado de Koch, el cual afirma que el agente patógeno debe estar presente en todos y cada uno de los casos de la enfermedad y ausente en las personas sanas.

Un mismo agente puede ser causa de dos o más enfermedades con sintomatología completamente diferente, en función de la individualidad bioquímica del sujeto y del órgano del cuerpo donde se localice. Asimismo, dos patógenos distintos pueden dar lugar a un cuadro sintomatológico idéntico. La conclusión es que los síntomas no delatan al patógeno causante de los mismos, excepción hecha de enfermedades como viruela, varicela, erisipela y otras que presentan síntomas característicos.

De cualquier modo el que un individuo no presente los síntomas típicos no significa que el patógeno no se halle presente. Por ejemplo, se puede padecer una infección por malaria o Tripanosomas y no presentar fiebre ni enfermedad del sueño, se puede estar infectado por numerosas bacterias virulentas sin que se manifieste la sintomatología típica del cuadro agudo. La infección por bacterias del género Nocardia suele producir neumonía, sin embargo los enfermos de Parkinson albergan dicha bacteria, especialmente en el cerebro sin acusar síntomas respiratorios. En definitiva, la ausencia de fiebre o inflamación aguda no indica en absoluto que la persona no sea víctima de una infección sistémica.

Un microbio causante de una enfermedad puede ser inoculado a un animal o sujeto sano y el hecho de que éstos no desarrollen la enfermedad no niega en absoluto que determinados sujetos bajo circunstancias concretas puedan sucumbir ante el mismo y desarrollarla. Hace más de un siglo, el eminente epidemiólogo alemán, Max Von Pettenkofer (1818-1901) realizó uno de los experimentos más atrevidos de la historia de la ciencia. Pettenkofer sostenía que la presencia del microbio por sí sola no era suficiente como para producir una enfermedad. Para demostrarlo, ingirió ante numerosos testigos un caldo de cultivo, preparado por el mismísimo Robert  Koch, que contenía bacilos del cólera. Ante la incredulidad de todos, Pettenkofer quien a la sazón contaba con 73 años, no desarrolló el cólera a pesar de su edad, demostrando que el contacto con el microbio no bastaba para producir la enfermedad. A la luz de la teoría pleomorfista, el estado del terreno orgánico desempeña un papel crucial.

No podemos seguir aferrados a la creencia errónea de que un parásito típicamente digestivo no pueda medrar en otras partes del organismo. La experiencia nos demuestra que los parásitos pueden prosperar y desarrollarse en los lugares más insólitos: en el cerebro, en los ojos, en riñones, bronquios, corazón, hígado, conductos biliares, músculos, venas….No se puede seguir afirmando aquello de que “tal parásito habita en tal lugar del organismo”. Si bien es verdad que cada parásito invade preferentemente ciertos órganos o parasita a determinadas especies, ello no está escrito en piedra. Literalmente cualquier parte del organismo puede servir de refugio a parásitos. Muchos parásitos considerados exclusivos del ganado, perros o ratas han demostrado ser transmisibles al hombre. Por tanto, ningún parásito es exclusivo de un solo animal, no es correcto negar la posibilidad de una parasitosis debida al parásito “X” alegando que dicho parásito solo afecta a perros, cerdos…

Todo lo afirmado no es fruto de la conjetura ni la especulación, sino de las conclusiones obtenidas mediante métodos de diagnóstico como la microscopía de campo oscuro, el sincrómetro o el dermatrón (Electroacupuntura de Voll). Dichos métodos no gozan de reconocimiento oficial pero sin lugar a dudas son muy superiores a los métodos convencionales y han abierto un nuevo sendero a los terapeutas e investigadores. El problema es que dichos sistemas de diagnóstico requieren un equipo de coste elevado y asimismo exigen bastantes horas de estudio para todo aquel que pretenda dominarlos. Desde luego, el más prestigioso de todos es el sincrómetro. Con el sincrómetro podemos detectar cualquier patógeno en cualquier lugar del organismo con una precisión que supera los niveles detectables por los métodos analíticos convencionales. Gracias al sincrómetro, la Doctora Clark pudo realizar sus revolucionarias investigaciones. Aunque reiteramos que el aprendizaje de la técnica del sincrómetro requiere muchas horas de práctica y una cierta inversión inicial en las muestras de parásitos, bacterias, virus, hongos y protozoos.

Los métodos convencionales basados en la detección de huevos o parásitos en heces, coprocultivos o serología son notoriamente insuficientes y no dan una visión real de lo que verdaderamente sucede en lo más recóndito del organismo.

Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, los terapeutas que siguen la doctrina de la Dra. Clark tienen un punto a su favor y es que en conjunto, la gran variedad de patógenos existente puede ser tratada con apenas 5 o 6 remedios, pues dispone en su arsenal de recursos terapéuticos de MUY AMPLIO ESPECTRO. Por lo tanto, la mayoría de las veces no es necesario saber qué parásito en concreto alberga la persona pues con cisteína, megadosis de coenzima Q10, aceite ozonizado y tintura de nogal, seremos capaces de exterminar más de 200 tipos de parásitos. Aunque si no disponemos de medios de diagnóstico precisos, no sabremos a ciencia cierta cuando hemos eliminado por completo la infección y deberemos ajustar la dosis basándonos en estimaciones aproximadas así como una remisión de la sintomatología.

La Doctora Hulda Clark advierte que si a una persona con una infección bacteriana importante se le administra un antibiótico, ésta se sentirá mucho más enferma y si se halla debilitada (caquexia) le puede sobrevenir la muerte. Para prevenir esto, en sus protocolos se administra juntamente con las medidas destinadas a combatir los parásitos, agentes antibacterianos y antifúngicos como la cúrcuma, el hinojo, el lugol o el aceite de orégano.

La mayoría de parásitos liberan virus y bacterias una vez son destruidos. Uno de los casos más llamativos es el de Fasciolopsis buski, cuya muerte produce de inmediato la gripe en el hospedador. Es lo que los pioneros del higienismo y la medicina natural denominaron hace más de cien años “crisis curativa”, aunque no debemos olvidar que la mayor parte de las veces ésta sirvio como excusa falaz para criticar los tratamientos.

Los síntomas típicos de la reacción de Jarisch-Herxheimer son fiebre, escalofríos, náuseas, diarrea, dolor de cabeza, malestar general y dolor articular. Otros tratamientos antiparasitarios producen cambios en el estado de ánimo, llanto, depresión u otras anormalidades a nivel emocional. Sin embargo, la aparición de síntomas adversos posteriormente a un tratamiento antiparasitario, antiamebiano, antibacteriano, etc., debe ser acogido con júbilo pues ello significa que el tratamiento ha sido eficaz y que los patógenos están siendo erradicados. Debido a esto, la reacción de Jarisch-Herxheimer puede darnos una idea de cuán infectada está la persona pues la intensidad de la reacción refleja la gravedad de la infección.

Por supuesto, otra forma de saber si los padecimientos de una persona son de etiología infecciosa es observar si se produce mejoría tras la realización del protocolo de limpieza intestinal de la Dra. Clark, que a diferencia de los deletéreos antibióticos y antiparasitarios alopáticos, los suplementos utilizados en ésta son inocuos. Decía irónicamente la Doctora Clark que, dado que en medicina alopática se usa un tipo distinto de antiparasitario para cada parásito y dicha medicación es muy tóxica (tricloroetano, tetracloruro de carbono y demás organoclorados, albendazol…) las personas muy parasitadas sucumbirían intoxicadas antes semejante bombardeo farmacológico. En medicina biológica, afortunadamente, contamos con métodos de amplio espectro los cuáles vamos a detallar en el siguiente artículo.

 

LIMPIEZA INTESTINAL PARA ELIMINAR PATÓGENOS

Ingredientes necesarios:

 

Forma de realizarla:

Cada día, en el desayuno:

  • Tintura de nogal
  • (20 min. antes del desayuno, ver dosis más abajo).
  • Beber una taza de agua caliente justo antes del desayuno.
  • Tomar 3 cápsulas de cúrcuma.
  • Tomar 3 cápsulas de hinojo.
  • Tomar 1 cápsula de enzimas digestivas.
  • Tomar 2 cápsulas de betaína.
  • Tomar 1 cápsula de cáscara sagrada.
  • Aceite de orégano (5 gotas en una cápsula vacía). No ingerir directamente por el ardor que puede causar al entrar en contacto con la mucosa bucal.

 

Cada día, en la comida:

  • Tomar 3 cápsulas de cúrcuma.
  • Tomar 3 cápsulas de hinojo.
  • Tomar 1 cápsula de enzimas digestivas.
  • Tomar 2 cápsulas de betaína.
  • Tomar 1 cápsula de óxido de magnesio.

 

Cada día, en la cena:

  • Tomar 3 cápsulas de cúrcuma.
  • Tomar 3 cápsulas de hinojo.
  • Tomar 1 cápsula de enzimas digestivas.
  • Tomar 2 cápsulas de betaína.
  • Tomar 1 cápsula de óxido de magnesio.
  • Aceite de orégano (5 gotas en una cápsula vacía).

 

Entre comidas:

  • Lugol: 6 gotas, 4 veces al día, en 1/2 vaso de agua.

 

  • Dosificaciones
  • Tintura de nogal: días 1 a 5: 1 cucharada sopera cada día en agua fría.
  • Días 8, 12, 16, 20 y 24: 3 cucharadas soperas en agua fría.

 

PROTOCOLO DE LA LIMPIEZA INTESTIAL CLARK:
http://terapiaclark.info/limpieza-intestinal/
PROGRAMA DESPARASITANTE CLARK:
http://terapiaclark.info/programa-desparasitante/

 

¡¡NUEVO ZAPPER!!

El Zapper ha sido el invento más importante y famoso de la Dra. Hulda Clark, y forma parte de todos sus protocolos. Para saber más sobre el VariZapper, sigue este link: http://terapiaclark.info/varizapper/ .
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Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association

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En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.

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