La doctora Hulda Clark es recordada principalmente por haber afirmado que muchas enfermedades comúnmente atribuídas a la edad o a la genética, como el cáncer, la diabetes, el asma o la artrosis, en realidad son causadas por parásitos y bacterias; sin embargo, hubo médicos que, de forma paralela e independiente, también llegaron a conclusiones muy parecidas, como por ejemplo Thomas McPherson Brown (1906-1989), quien en 1937 encontró bacterias del género Mycoplasma en el líquido sinovial de pacientes aquejados de artritis reumatoide. A raíz de este hallazgo empezó a tratar pacientes de artritis reumatoide con antibióticos, logrando en la mayoría de los casos la remisión completa de los síntomas. Presentó los resultados de sus estudios clínicos en el 7º Congreso Internacional de Reumatología celebrado en 1949; Sin embargo, a finales de los años cuarenta la clase médica estaba demasiado entusiasmada con la cortisona -descubierta pocos años antes- como para prestar atención a las ideas de Thomas McPherson Brown, que fueron consideradas pseudocientíficas y fraudulentas. El doctor McPherson Brown trató a más de diez mil pacientes de artritis reumatoide a lo largo de su carrera profesional, la mayoría de ellos con éxito. Hasta el final de su vida luchó infructuosamente para que la artritis reumatoide fuera tratada como una enfermedad infecciosa; la triste realidad es que es mucho más rentable para el lobby farmacéutico mantener a un paciente medicado de por vida con antiinflamatorios que solucionar su problema en dos o tres meses con un tratamiento a base de antibióticos…
Es importante destacar que los micoplasmas están implicados en prácticamente todas las enfermedades autoinmunes como dermatomiositis, polimiositis, escleroderma, anemia hemolítica, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, tiroiditis de Hashimoto, síndrome de Sjögren, etc. Las células infectadas con micoplasmas segregan gran cantidad de sustancias proinflamatorias, como citoquinas, que desencadenan una respuesta por parte de los linfocitos T CD8+, que destruyen de forma indiscriminada tanto al patógeno como a la célula infectada; aunque se trata de un mecanismo muy efectivo contra los patógenos, produce un gran daño a los tejidos, pues no diferencia entre células y agentes infecciosos. A esta respuesta defensiva se la conoce como activación inespecífica, aunque se utiliza más frecuentemente la denominación inglesa de bystander activation. Además de la activación inespecífica, los micoplasmas son capaces de inducir fenómenos de autoinmunidad mediante otros mecanismos cuya explicación omitimos a fin de no extender excesivamente este artículo.
Aunque los tratamientos a base de antibióticos han demostrado ser de gran utilidad clínica en enfermedades autoinmunes, no están exentos de riesgos, por lo que son preferibles los antibacterianos de origen botánico como el aceite de orégano, que es eficaz frente a una gran variedad de bacterias y prácticamente carece de toxicidad. Los efectos antibacterianos del aceite de orégano se deben fundamentalmente a su alto contenido en un principio activo denominado carvacrol. Se ha comprobado en multitud de estudios que el carvacrol es efectivo contra los micoplasmas.
El déficit subclínico de vitamina D aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades autoinmunes; esto es debido a que la vitamina D regula la expresión de genes involucrados en la respuesta inflamatoria y la función inmunológica. El nivel óptimo está entre los 70 y 90 ng/ml; para poder alcanzar dicho nivel habría que tomar entre 5000 y 10000 UI a diario.
La niacinamida es uno de los antiinflamatorios e inmunomoduladores más potentes que existen. Una de las propiedades más interesantes y destacables de la niacinamida es que disminuye el potencial proinflamatorio de los macrófagos sin comprometer su capacidad para fagocitar patógenos; se trata por tanto del inmunomodulador ideal, pues modera la respuesta inmune pero no produce inmunosupresión, a diferencia de lo que sucede con los corticoides o el metotrexato. La dosis eficaz es de 3000 miligramos diarios. La niacinamida siempre debe tomarse junto con complejo B, pues las vitaminas B trabajan de forma conjunta.
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Todo lo expuesto en este artículo deja de manifiesto que las enfermedades autoinmunes no son fruto de una lotería genética en la que a veces se gana y a veces se pierde, sino que se trata de dolencias cuyas causas han sido bien establecidas e investigadas y frente a las cuáles se pueden adoptar medidas concretas y eficaces.
Conoce el protocolo para actuar contra las enfermedades autoinmunes aquí
Tomar junto con el desayuno:
-4 cápsulas de vitamina D
-3 cápsulas de bacterial fighter
-2 cápsulas de niacinamida
-1 cápsula de complejo B
-6 gotas de aceite de orégano en una cápsula vacía Clark
Tomar junto con la comida:
-3 cápsulas de bacterial fighter
-2 cápsulas de niacinamida
-6 gotas de aceite de orégano en una cápsula vacía Clark
Tomar junto con la cena:
-3 cápsulas de bacterial fighter
-2 cápsulas de niacinamida
Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association
En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
Para cualquier consejo médico acuda a su médico!