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Estimado Lector:

La semana pasada tocamos el tema de la diabetes y vimos cuáles son las causas principales que nos llevan a sufrir esta patología.

Esta semana vamos a ver otra serie de factores que ayudan a que aparezca esta dolencia o bien pueden hacer que se agrave.

 

Espero que le guste

Un Cordial saludo,

 

Ignacio Chamorro

Director de Instituto Clark España

Miembro de la Dr. Clark Research Association

 


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Algo Más Sobre La Diabetes

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Otros factores que pueden agravar nuestra diabetes (ya sea Tipo I o tipo II) son:

  • El estrés: cualquier factor estresante dispara la secreción de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) y cortisol, todas ellas hormonas hiperglucemiantes y en el caso del cortisol, causante de insulinorresistencia. Los tratamientos prolongados con corticoides presentan también como efecto secundario hiperglucemia e insulinorresistencia. Dormir menos de ocho horas diarias  así como realizar deportes extenuantes también son dos grandes factores estresantes.
  • Sobrecarga del metabolismo con carbohidratos: Si bien existen culturas que han prosperado durante siglos con dietas basadas en carbohidratos como el arroz, mandioca, ñame o maíz y se han visto libres de diabetes, no podemos negar que evolutivamente el ser humano, a pesar de existir grandes diferencias entre individuos e incluso colectivos, no se encuentra adaptado para metabolizar grandes cantidades de carbohidratos a largo plazo sin desarrollar problemas de salud, de mayor o menor gravedad.

Una prueba de ello es el hecho de que el organismo cuente con cuatro hormonas hiperlucemiantes  (Cortisol, glucagón, hormona de crecimiento y catecolaminas) y tan solo una hipoglucemiante (insulina). Ello se debe a que evolutivamente el ser humano se desarrolló en un medio en el cual los alimentos basados en carbohidratos eran escasos y ocasionales. En tales circunstancias, bajo las duras condiciones de la era glacial, un bajón de azúcar podía significar la muerte inmediata, por lo que el organismo dispone no de uno sino de cuatro sistemas de contrarregulación de la insulina. En aquella época la insulina desempeñaba un papel secundario la mayor parte del tiempo puesto que el ayuno y la escasez eran la norma y los periodos de sobrealimentación la excepción, era sólo en esos periodos en los cuales una potente secreción insulínica era necesaria para poder almacenar adecuadamente el excedente de calorías.

La dieta actual en el mundo industrializado, repleta de almidón y azúcar constituye un martirio continúo para el páncreas, acabando por agotar total o parcialmente dicha glándula, siendo la consecuencia de todo ello la ligera hiperglucemia que presentan la mayoría de las personas a partir de los setenta años. En definitiva estamos diseñados para evitar la hipoglucemia y no la hiperglucemia puesto que evolutivamente el ser humano no ha tenido que afrontar situaciones de sobrealimentación de carbohidratos hasta hace bien poco. De hecho, poblaciones que hasta hace apenas cien años llevaban una dieta prácticamente libre de carbohidratos como ciertas tribus indias de Norteamérica, hoy día al haber adoptado los hábitos alimenticios de las sociedades industriales han experimentado un aumento vertiginoso de los casos de diabetes y obesidad. El caso más llamativo es el de los indios Tohono O’odham, de Arizona, tribu en la que más de un 40% de los integrantes padecen diabetes, cuando hace tan sólo cuarenta años se veían libres de la misma.

  • Sobrecarga del metabolismo con proteínas: Al contrario de lo que generalmente se piensa, la ingesta de proteínas también estimula la secreción de insulina, por lo que puede contribuir a debilitar la potencia funcional del páncreas. Asimismo un exceso de ingesta proteica aumenta la secreción de la hormona IGF1 así como la de la proteína mTOR, factores todos ellos relacionados con el desarrollo de resistencia a la insulina. Además no debemos olvidar que todo exceso de proteína que ingiramos por encima de la cantidad mínima necesaria para el normal recambio de tejidos corporales será transformada en glucosa por el hígado y en menos medida por los riñones.
  • Las grasas trans: presentes en la margarina y “alimentos” industriales así como los aceites vegetales de girasol, soja, cártamo, etc. Promueven la inflamación y favorecen sobre manera el desarrollo de insulinorresistencia. Nunca estará de más insistir en ello puesto que tales componentes se encuentran omnipresentes en la dieta diaria de la mayoría.
  • Ácido úrico: si bien apenas se le había concedido importancia al ácido úrico en el desarrollo de la diabetes tipo II exceptuando ciertos autores naturistas, recientes investigaciones revelan que elevados niveles de ácido úrico empeoran la tolerancia a la glucosa pues disminuyen la sensibilidad de los tejidos a la insulina. Del mismo modo, elevados niveles de insulina ejercen un efecto antiuricosúrico, dando lugar a un proceso de retroalimentación.
  • Acidosis latente crónica: hace más de setenta años que se sabe que una disminución aun ligera del Ph sanguíneo empeora de forma severa la captación de glucosa por los tejidos (Pende 1936)
  • Carencias de vitaminas y oligoelementos: existe un gran cúmulo de evidencias que demuestran claramente como la carencia de Zinc, Magnesio y Cromo son un denominador común en todos los diabéticos y a sus vez como suplementando la dieta con dichos nutrientes mejora sustancialmente el estado de dichos enfermos.
  • Toxemia intestinal: la medicina biológica desde sus mismos orígenes ha postulado que la causa de la mayoría de las enfermedades que aquejan a la humanidad se deben a una digestión y una función intestinal imperfecta. Esta última se caracteriza por un exceso de flora patógena putrefactiva, un déficit de flora probiótica y una permeabilidad intestinal acentuada. ¿Qué significa todo ello? Pues significa que se generan numerosos tóxicos, entre los cuales cabe destacar los lipopolisacáridos y que estos tóxicos atraviesan fácilmente la mucosa intestinal entrando en el torrente circulatorio y afectando el funcionamiento de todos los órganos incluido el páncreas.

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MANGER LE MOINS POSSIBLE

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Esta frase, acuñada por el gran patólogo internista francés Charles Bouchard sisntetiza tal vez una de las reglas más importantes para cualquier persona aquejada de insulinorresistencia, COMER LO MENOS POSIBLE. Es decir, la cantidad mínima indispensable para mantener un peso saludable y poder desarrollar la actividad física que requieran las ocupaciones de la persona. Para poder hacer esto posible es necesario elegir adecuadamente la proporción de macronutrientes de la dieta pues de otra manera se pasaría mucha hambre  y se generaría mucha ansiedad. Debemos tener en cuenta que una dieta saciante debe contener una cantidad moderada de carbohidratos de baja carga glucémica, principalmente verduras y una adecuada cantidad de grasas pues estas son el nutriente con mayor poder saciante debido a que estimulan la secreción de la hormona intestinal colecistoquinina.

Una buena idea es sustituir una comida por un batido a base de triglicéridos de cadena media o aceite de coco con 3 ó 4 gramos de aminoácidos esenciales. Los triglicéridos de cadena media y el aceite de coco al desesterificarse liberan ácidos grasos como el caprílico y el laúrico, los cuales, a diferencia  del resto de ácidos grasos, pueden atravesar la barrera hemantoencefálica y suplir  de energía a las neuronas. Por lo tanto, los triglicéridos de cadena media  y  el aceite de coco mantienen alimentado a todo el organismo, incluido el cerebro, sin apenas estimular la secreción de insulina. El batido se puede hacer con leche vegetal batiéndola en vaso batidor con 70cl de triglicéridos de cadena media o aceite de coco. Garantizo que es una bebida saciante, muy energética  pero de fácil digestión. Muchas personas deben comenzar con dosis menores de estos triglicéridos de cadena media o aceite de coco e ir aumentando la dosis progresivamente pues de lo contrario pueden experimentar malestar digestivo.

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AYUNO

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Existen pocas medidas que puedan beneficiar más al diabético que un día de ayuno a la semana a base de agua procedente de destiladora o filtro de osmosis inversa, e infusiones (con este mismo agua). Además el diabético debido a su condición se halla en ventaja puesto que a diferencia de mucha gente que intenta ayunar, no experimentará sensaciones desagradables debidas a hipoglucemia.

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¡¡CUIDADO CON EL EXCESO DE PROTEÍNA!!

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Muchos diabéticos cometen el error de consumir grandes cantidades de proteína a fin de evitar los carbohidratos. Ello  puede ser contraproducente debido a que en el diabético se halla aumentada la formación de glucosa a partir de aminoácidos por lo que una dieta alta en proteínas puede contribuir sobremanera a elevar la glucemia.

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¡¡CUIDADO CON LA FRUCTOSA!!

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Si bien la fructosa ha sido propuesta desde  hace varias décadas como una alternativa saludable para los diabéticos debido a que no eleva la glucemia de manera tan notoria como la glucosa y ser más dulce a igualdad de peso, el consumo de más de 20 a 30 gramos al día puede contribuir a elevar los triglicéridos, la tensión arterial y el ácido úrico así como a acentuar la insulinorresistencia y generar estrés oxidativo. Por tanto, aunque los productos edulcorados con fructosa se venden como especiales para diabéticos y eleven menos la glucemia, presentan numerosos efectos secundarios y en última instancia agravarán la insulinorresistencia. Ya de paso digamos que ningún  edulcorante artificial es recomendable en absoluto. Siendo los más tolerables  la estevia y el xilitol o azúcar de abedul. Pero insistimos, siempre con moderación, mucha moderación. El hecho de que el organismo demande dulces se debe a desequilibrios de neurotransmisores, hormonales e incluso afectivos.

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PROTOCOLO BÁSICO PARA LA DIABETES

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1º  Eliminación de patógenos con una Limpieza Intestinal Clark (http://terapiaclark.info/limpieza-intestinal/)

2º Limpieza Renal Clark (http://terapiaclark.info/limpieza-de-rinon/): para ayudar a la detoxificación orgánica necesaria

3º Protocolo Clark de Desparasitación de Áscaris (http://terapiaclark.info/desparasitacion-ascaris-oxiuros/), pero sin cisteína.

4º Realizar 1 Limpieza Hepática (http://terapiaclark.info/limpieza-de-higado/) cada 3-4 semanas.

Y desde el inicio debemos suplementarnos además con:

  • Vitamina B2 (300 mg.): 1 cápsula en desayuno ya que ayuda a eliminar el metanol.
  • Coenzima Q10 (30 mg.): 2 cápsulas en desayuno, comida y cena, para estimular la secreción y síntesis de insulina.
  • Arginina (300 mg.): 1 cápsula a media mañana con el estómago vacío, también para ayudarnos en la excreción del metanol.
  • Picolinato de cromo (200 µg): 1 en desayuno y 1 en cena. El cromo es fundamental para ayudar a que la insulina penetre en las células.
  • Manganeso (10 mg.): 1 en la comida.
  • Ácido tióctico (350 mg.): 1 cápsula en desayuno y 1 en comida. El ácido tióctico aumenta la sensibilidad a la insulina además de ayudarnos a excretar metales pesados del interior de las células.
  • MSM (50 mg.): 1 cápsula en desayuno, comida y cena. Nos ayuda a eliminar los metales del medio extracelular.
  • Complejo B: 1 en desayuno. Disminuye el riesgo de retinopatía diabética

Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association

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En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.

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