Si en el pasado artículo hablamos de diversas afecciones ginecológicas, en el que a continuación les presento trataremos un tema no menos interesante y también cada vez más común y es el de la infertilidad masculina.
Un afectuoso saludo
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Ignacio Chamorro
Director de Instituto Clark España
Miembro de la Dr. Clark Research Association
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INFERTILIDAD MASCULINA
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Se denomina infertilidad masculina a la incapacidad de fecundar a una mujer por parte del varón. Actualmente este trastorno es cada vez más frecuente, lo cual no es de extrañar pues la función reproductora es especialmente sensible a cualquier factor adverso como estrés, tóxicos, carencias nutricionales o radicales libres.
Nunca debemos olvidar que las células reproductoras son las más delicadas de todo el organismo. En los casos de exposición a tóxicos, desnutrición, ascensión a lugares muy por encima del nivel de mar, etc., el organismo tal vez no manifieste trastorno alguno, pero la fertilidad se resiente de inmediato.
El tejido testicular se compone de dos tipos de tejidos, las células de Leydig y los túbulos seminíferos. Las primeras se encargan de producir testosterona mientras que los segundos producen espermatozoides. Pues bien, es interesante saber que dosis bajas de toxicidad que no producen cambio alguno en las células de Leydig, son capaces de atrofiar los túbulos seminíferos. De este modo queda patente cómo aún formando parte de un mismo órgano, las células reproductoras son mucho más delicadas que el resto de tejidos adyacentes.
La infertilidad masculina no es en sí un solo parámetro, sino que es el resultado de muchos parámetros. Por lo tanto, a la hora de mejorar la fertilidad masculina deberemos tener en cuenta:
- Volumen del eyaculado
- Recuento espermático
- Movilidad
- Morfología
- Vitalidad
- Reacción acrosómica
- Fragmentación del ADN
- Bioquímica (fructosa, citrato, carnitina, zinc, fosfatasa ácida)
- Presencia de leucocitos
El volumen del eyaculado mide la cantidad de semen expelida, la cual debe ser suficiente como para servir de vehículo a los espermatozoides, es decir, les proporciona suficiente fluido en el que nadar. El volumen de eyaculado depende principalmente de la secreción de testosterona y del tiempo de abstinencia sexual, con lo cual cuanto mayor haya sido este, tanto mayor será el volumen eyaculado. El volumen de eyaculado considerado normal se haya entre los 2 y los 6 ml.
El recuento espermático mide la cantidad de espermatozoides por cada ml. de eyaculado. Actualmente se considera que un recuento espermático de 20 o incluso 15 millones por ml. es satisfactorio. Ello no es así en absoluto, pues si bien es cierto que tales cifras pueden ser suficientes para producir el embarazo en una mujer, no representan ningún ideal de salud ni de virilidad, pues un recuento óptimo debería ser de 200 a 250 millones, tal y como aparece en los manuales de andrología de hace medio siglo. Sin embargo, debido al deterioro de la calidad espermática que han experimentado las sucesivas generaciones como consecuencia de la contaminación ambiental y alimentaria, los valores de referencia han sido modificados a la baja. Ello es engañoso pues el hecho de que un valor sea frecuente, habitual o predominante en una población no quita el que esto sea anormal y patológico.
La movilidad es otro aspecto sumamente importante. Los espermatozoides deben ser activos y veloces para poder alcanzar la meta antes de que se les acaben las provisiones (líquido prostático y fructosa). La movilidad se puede evaluar desde varios puntos de vista. En primer lugar debemos considerar el porcentaje de formas móviles, que no debería ser inferior al 90% aunque para conseguir fecundar a una mujer, un 50% de formas móviles puede ser suficiente. Además de ello, importa el tipo de movimiento que describen los espermatozoides que debe ser rectilíneo en condiciones ideales y nunca errático o cíclico (espermatozoides que dan vueltas sobre sí mismos). Por último, es importante la velocidad de progresión lineal, la cual viene expresada en micrómetros por segundo.
La morfología se centra en el estudio de las formas anómalas que en cualquier caso son inviables. Un elevado número de formas anómalas reduce drásticamente la probabilidad de que el óvulo sea fecundado.
Otro factor a considerar es lo que se denomina vitalidad espermática, que es el porcentaje de espermatozoides vivos. Un gran número de espermatozoides muertos indica infección o intoxicación en los órganos genitales.
Por otro lado debemos resaltar la importancia de la denominada reacción acrosómica: el espermatozoide para poder traspasar la membrana del óvulo utiliza enzimas proteolíticas presentes en el acrosoma (cabeza del espermatozoide). Como la tripsina, la acrosina y otras como la hialuronidasa. Entre las tres son capaces de degradar parte de la membrana celular del óvulo, creando un orificio y “colándose” dentro. En muchas ocasiones el tan deseado embarazo no se produce debido a que la reacción acrosómica no se verifica correctamente , lo cual puede pasar desapercibido si no se realiza la prueba de la reacción acrosómica.
La prueba de fragmentación de ADN consiste en determinar el grado de rotura de las cadenas de ADN presentes en la cabeza del espermatozoide (acrosoma). Cuando el grado de deterioro del ADN es superior a un 16%, el esperma se halla bastante alterado. Un alto índice de fragmentación de ADN indica casi con toda certeza unos niveles elevados de radicales libres.
La bioquímica seminal nos revela si existe alguna carencia nutricional o déficit de secreción androgénica. La fructosa, el ácido cítrico y la fosfatasa ácida son directamente proporcionales a la secreción de andrógenos como la testosterona y la dihidrotestosterona. Además nos indica si existe un déficit de zinc o carnitina.
Por último la presencia de leucocitos nos indica infección.
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Cómo mejorar la calidad del esperma
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Para mejorar la calidad del esperma debemos comenzar mejorando el estado del organismo en general, para lo cual siempre debemos eliminar los patógenos a través de un protocolo Clark de limpieza intestinal http://terapiaclark.info/limpieza-intestinal/seguido de un protocolo Clark de limpieza renal http://terapiaclark.info/limpieza-de-rinon/, para tener las vías de excreción de tóxicos bien limpias y así mejorar la excreción de estos.
Una vez realizadas estas dos limpiezas lo recomendable sería centrarnos en la excreción de tóxicos del organismo, en este caso con el programa de detoxificación de metales pesados http://terapiaclark.info/programa-detoxificacion-metales-pesados/, ya que en todos los casos de infertilidad testados el bloqueo más importante viene por la presencia de toxicidad (orgánica y genital), seguida de presencia de patógenos.
Metales como el oro, el cobre y el mercurio suelen acumularse en los órganos reproductivos haciéndolos más débiles y afectando al balance hormonal o afectando a la movilidad del esperma como afirmaba la Dra. Clark, al igual que también hacía referencia a la importancia de eliminar de la boca todos los empastes de amalgama y sustituirlos por composite además de extraer las piezas endodonciadas ya que estas son fuente de bacterias anaerobias que pueden interferir en nuestra correcta función reproductora.
Por otro lado la Dra. Clark también citaba como “enemigos de la reproducción humana” a parásitos, bacterias y virus como ya vimos en un artículo anterior.
Una vez realizadas las limpiezas orgánicas anteriormente citadas, es importante la suplementación con determinados nutrientes como son:
- Arginina: Es fundamental para la función reproductora masculina debido a que es la precursora de las poliamidas espermidina y espermina, las cuales, como bien indica su nombre, se encuentran en una alta proporción en el semen. La arginina mejora el recuento espermático, pero sobre todo la movilidad. Una dosis de medio gramo a un gramo fuera de las comidas produce una gran mejoría en los factores anteriormente citados.
- Vitamina C: No solo es un importante antioxidante sino que evita que los espermatozoides se aglutinen y protege el material genético de los espermatozoides reduciendo así la fragmentación del ADN. La vitamina C además incrementa el recuento espermático. Existen estudios que demuestran cómo hombres infértiles son capaces de fecundar a sus parejas tras 60 días de suplementación con un 1 gramo de vitamina C. Una dosis de 1 gramo con cada comida principal es una buena dosificación. Debemos siempre tener en cuenta que para una buena efectividad tanto de la vitamina C como de los otros suplementos, es importante eliminar previamente metales pesados del organismo y patógenos que inhiben su absorción y fomentan su oxidación con lo cual el efecto deseado disminuye notablemente y en muchos casos se inhibe.
- Selenio: Protege frente a los productos derivados de la peroxidación lipídica al aumentar la actividad de la enzima hidroperóxido fosfolípido glutatión peroxidasa y además forma parte de una selenoproteína denominada queratinoide, responsable de la integridad del flagelo (cola del espermatozoide). No debemos olvidar que los testículos son el órgano del cuerpo con mayor concentración de selenio. La dosis eficaz es de 200 microgramos diarios.
- Coenzima Q10: La coenzima Q10 actúa protegiendo frente a los radicales libres y además es esencial para la producción de la gran cantidad de energía que consumen los espermatozoides en su frenética carrera hacia la meta.Por ese motivo la coenzima Q10 aumenta la motilidad espermática. Una cantidad de 60 mg. en el desayuno, comida y cena producirá resultados más que satisfactorios.
- Vitamina B12: Se halla implicada en la síntesis de ADN y la maduración de los espermatozoides. Diversos estudios han demostrado que la vitamina B12 eleva sustancialmente el recuento y la motilidad espermática. El ácido fólico potencia este efecto, por eso siempre recomendamos la inclusión en el desayuno de un complejo de vitaminas B.
- Zinc: Mineral de gran importancia implicado como cofactor en más de 200 reacciones. Desde los años 70 se sabe que el déficit de zinc produce hipogonadismo, impide la maduración sexual y reduce los niveles de testosterona.
Estudios clínicos han demostrado que la suplementación con zinc aumenta los niveles de testosterona en los casos en los que se hallan anormalmente bajos y además aumenta el recuento espermático. No debemos tampoco olvidar que el zinc contribuye a reforzar los sistemas de defensa antioxidante del organismo al aumentar la actividad de la enzima superóxido dismutasa. La dosis será de 30 mg. de gluconato de zinc preferiblemente con el estómago vacío.
- Vitamina E: Se conocen desde hace más de setenta años los efectos positivos que ejerce sobre la función reproductora en ambos sexos. Siempre se la denominó la “vitamina de la fertilidad” pues su carencia atrofia los órganos sexuales en los animales de experimentación. La vitamina E actúa protegiendo frente a la peroxidación lipídica, lo cual es de capital importancia toda vez que las membranas celulares de los testículos y de los espermatozoides son muy ricas en lípidos y fosfolípidos muy proclives a la oxidación.
Los productos resultantes de la peroxidación lipídica se conocen como especies reactivas del ácido tiobarbitúrico, siendo la más abundante el malondialdehido, de efectos teratogénicos (es decir, induce la formación de células aberrantes). La vitamina E también incrementa la movilidad espermática. La dosis recomendable es de 800 U.I. diarias.
- Carnitina: Es una substancia similar a los aminoácidos. La suplementación con L´carnitina aumenta la movilidad de los espermatozoides tras unos 3 meses de tratamiento. La carnitina es esencial para una correcta maduración de los espermatozoides mientras se hallan aún formándose en los epidídimos pues en dicha etapa su fuente principal de energía son los ácidos grasos, los cuales no pueden entrar en la mitocondria celular sin la intervención de la carnitina. La L-carnitina también aumenta el recuento espermático: La dosis eficaz es de entre 3 y 4,5 gramos diarios repartidos en tres tomas con el estómago vacío.
- Taurina: Aumenta la secreción de testosterona y mejora numerosos parámetros relacionados con la fertilidad masculina.
Para terminar debemos tener presente que los espermatozoides tardan tres meses en salir al exterior desde el momento en que comienzan a formarse, por lo tanto no es conveniente realizar los espermogramas con una frecuencia menor de 3 meses. El espermograma refleja el estatus nutricional y tóxico de hace tres meses, por lo tanto para comprobar la eficacia de un tratamiento deberemos esperar al menos 3 meses para que los efectos de los suplementos se reflejen en la analítica.
Y por último, mencionaré que se puede mejorar la fertilidad masculina simplemente reduciendo la actividad sexual a 1 día por semana, ya que para producir esperma, el organismo requiere grandes cantidades de zinc, selenio, carnitina y fosfolípidos, por lo que la eyaculación diaria contribuye ostensiblemente al agotamiento de dichos nutrientes, especialmente si no se restituyen mediante suplementación.
En estos correos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición ortomolecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
Articulo escrito por Ignacio Chamorro, Miembro de la Dr Clark Research Association
En estos artículos no recibirá consejos médicos, pero sí pautas basadas en la naturopatía, la nutrición orto-molecular y las investigaciones de la Dra. Clark. Los consejos dados no implican necesariamente que la medicina oficial esté de acuerdo con ellos.
Para cualquier consejo médico acuda a su médico!